Hoy realmente comenzaba nuestra safari, nuestra Próxima parada: el Parque nacional del Tarangire, el parque de los baobabs.
Después de desayunar, nos vinieron a buscar en un jeep «total look safari» no me digáis que no!,jajajajaja
De camino al parque atravesamos Arusha con lo que pudimos ver un poco de la ciudad y su gente. Tanzania es una mezcla extraña que te sorprende.
Carreteras sin asfaltar, animales allá donde vayas, mujeres con ropas de colores muy llamativos, ellos con un look que recuerda al más puro estilo Will Smith en el principe de Bel-Air,…
Cuando llegamos a Tarangire y nuestro guía saco las entradas, empezamos a recorrer el parque, y allí pudimos ver ya nuestros primeros animales en libertad, qué maravilla. Vimos elefantes, ñús, girafas, leones, cebras, suricatos, ¡fue precioso!.
Al medio día paramos en un hotel dentro del parque a comer el cual tenía una unas vistas impresionantes del parque.
Por la tarde después de reponer fuerzas, retomamos la ruta.
Tuvimos la suerte de ver una familia de elefantes refrescándose en el río y nuestro primer contacto con unos guepardos.
Estábamos en lo alto de una colina, se veían dos de ellos durmiendo en la sombra. De repente uno de ellos hecho a correr colina arriba, acto seguido nuestro guía encendió el coche y nos fuimos de allí a toda prisa.
¡Qué liberación de adrenalina! íbamos en busca de los guepardos. Good luck decidió parar en medio del camino, y aparecieron los dos guepardos cruzando por delante nuestra, ¡Fue espectacular!
Dimos unas cuantas vueltas más por el parque sin dejar de ver animales por todos lados hasta que finalmente abandonamos el parque dirección Lago Manyara, esta noche dormíamos allí.
El hotel era precioso, aunque eso me vais a «oír decirlo» unas cuantas veces a lo largo de este viaje, pero es que cada alojamiento que íbamos superaba al anterior, la verdad fue un gran privilegio poder estar en los sitios donde estuvimos. (Recuerda, si quieres saber los hoteles donde estuvimos, no te olvides de ver mi post dónde alojarse en Tanzania).