¿Dónde viajaremos después de la cuarentena?

Hace un tiempo quedé con Almudena, dueña y señora de este blog, escribir mi opinión sobre mi último viaje. Fue a Bali en el otoño pasado. Hace apenas 6 meses y parece que ya ha pasado un siglo, ¿no?

Mi intención era contar mi opinión sobre este ¿deseado? destino turístico. Fue un viaje bonito pero mi ojo crítico también observó las bondades y los excesos del gigantesco turismo mundial.

Con su permiso y aprovechando la pandemia creo que podemos reflexionar un poco sobre viajar, turistear, aprender y vivir. Porque, al final, conocer otros lugares y culturas no deja de ser eso, saciar el ansia de conocimiento de todo ser humano, explicitada de esa manera, al igual que en otros lo hace de otras formas como leer, ver películas, estudiar una carrera o arar un huerto.

Más de la mitad de la humanidad estamos confinados de alguna manera en nuestro hogar. Mirando por la ventana, porque como dice Terrés siempre nos quedará el cielo. Calles y locales vacíos, dejando que la inmisericorde naturaleza siga su curso. Observando la lucha del hombre por dominarla como hace desde miles de años, pero ahora haciéndolo contra un ‘bicho’ que amenaza de alguna manera nuestra especie.

Hay una certeza, saldremos de esta. Es lo que se puede aprender de la historia humana, su capacidad para caer y levantarse. No hay otra. Otra cuestión es cómo lo haremos y en qué condiciones, pero yo apuesto por preocuparnos después de respirar profundo el primer día que pisemos libremente la calle. La respiración de las escapadas a bajar la basura, sacar la mascota y/o comprar a mí, al menos, se me antoja insuficiente.

Pero a lo que íbamos, ¿dónde viajaremos después de la cuarentena? Dicen los expertos, suponemos que alguno habrá que acierte, que el turismo nacional será lo primero que se recuperará, aunque ya bien avanzado el año y puede que tengamos poco o nada verano turístico.

Haciendo de ‘Nostradamus’ yo creo que nuestro primer viaje será muy personal y no necesariamente muy lejos. El mío seguramente sea a lugares comunes donde me gusta estar, la casa de unos buenos amigos o a un bar de siempre serán, con toda probabilidad, las opciones de las que primero tiraré. Y creo que más que el sitio lo importante será la compañía, esa que nos hace sentirnos seguros de ser y comportarnos como somos.

Antonio Vega

Mi primer viaje no será lejos y sólo espero que permanezca abierto porque también tenemos que ser lo suficientemente realistas como para entender que habrá cosas que quizás no existan a nuestra salida. Y habrá que rendirles un gran homenaje por sus servicios prestados.

¿Pero cuál va a ser tu primer viaje “de verdad”? No sé la razón pero como llevo la cuarentena con cierto optimismo estoy convencido que más pronto que tarde los aviones volarán y los hoteles, bares y restaurantes abrirán. Pero sinceramente no tiene pinta de que yo vaya a coger un avión pronto, aunque nunca se sabe.

Tengo claro que mi primer viaje será cercano, una pequeñísima gota de ayuda a mis convecinos para que salgamos como podamos de bache. No se si será un cocido maragato, un botillo del Bierzo, un cocido de arvejos de Riaño, o una tortilla guisada en Valdevimbre. Pero lo que más me apetece es salir a comer por ahí con buena compañía.

Y mientras llegan viajes más lejanos, que lo harán si tienen que hacerlo, seguiré pensando que Zaragoza me (nos) debe una visita tranquila, que nunca he descubierto si Teruel existe o no, que nunca me he bañado en el Lago de Sanabria (Zamora), o que me apetece subir a Collado Jermoso y visitar la Vega de Liordes (Picos de Europa leoneses).

Pero también me gustaría conocer la historia de Roma de visita por Italia, volver a Oporto después de muchos años diciéndolo y no haciéndolo, o visitar playas y selvas de Brasil y Colombia, además de poder helarme de frío en la Laponia finlandesa.

Bali

Yo creo que, como decía aquel clásico del cine español, “el turismo es un gran invento”, aunque probablemente con su gran porcentaje de excesos que nos trae el capitalismo del S. XXI. Volveremos a disfrutar de él aunque, como con todo, deberemos cuidarlo más.

Sinceramente no tengo ni puta idea de si seremos los mismos o muy distintos al terminar la pandemia. Si viajaremos más, o menos. Sólo espero sentir una vez más la sensación de luz y color de mi último viaje, esa que se me quedó tan nítidamente en mi retina que todavía puedo sentirla. Me pasó de viaje y me ha pasado otras muchas veces, y no necesariamente por ahí fuera. Tengo claro que esa sensación volverá. Y ahí pienso estar para disfrutarla. Donde sea.

Antonio Vega, León.